Yery Sinecio y Jaime Robles son voluntarios de nuestro programa permanente de águila real; ellos se encargan de realizar el monitoreo de tres territorios de la emblemática especie, y cabe mencionar que ellos hacen esta gran labor en su tiempo libre, ya que ambos tienen otras responsabilidades laborales.
Sin embargo, el nido del pollo del águila al que se le fue colocado el radio transmisor el viernes pasado pertenece al territorio que ellos monitorean, lo que significa que por tradición, nuestros voluntarios eligen el nombre de este ejemplar.
“Decidimos nombrar a este pollo con el nombre de Mateo porque hace pocos meses perdimos a nuestro querido pug, y ese era su nombre. Este es nuestro hijo adoptivo ahora, y seguiremos cuidando de él hasta que comience a volar en el cielo de Chihuahua” comentaron Yery y Jaime.
Reconocemos el esfuerzo de esta familia, por su compromiso con la conservación del águila real ya por tres años consecutivos. ¡Felicidades por esta gran labor!