Gracias a los esfuerzos de CAME, se pudo recolectar información relevante acerca de los desplazamiento y patrón de movimientos de las manadas de chivo berberisco; ya que en años anteriores fueron colocados collares satelitales en ejemplares de esta especie, los cuales emitieron su ubicación por dos meses en tiempo real.
Con la información de un adulto macho, se pudo conocer la distancia máxima que recorrió en este lapso de tiempo, la cual fue de 3 kilómetros diarios en promedio. El rango hogareño fue de 525 hectáreas, casi exclusivos de acantilados, dominados por vegetación rosetófila (sotol, maguey, lechuguilla y palmas).
Ya que los chivos viven en comunidades, esta información pudo ser utilizada para ubicar grandes manadas de chivos berberiscos; y de esta manera, se podrá llevar a cabo una manera más efectiva para el control de las poblaciones de esta especie. Esta acción es determinante para la recuperación de especies nativas más valiosas tales como el borrego cimarrón y el venado bura; así como la reducción de posibilidades de contagio de enfermedades al ganado que se encuentra cerca de estas manadas.